La prisión o el encarcelamiento es un estado karmático, un ser
llega allí porque antes de nacer aceptó una serie de situaciones para cumplir
con las compensaciones.
Todos los seres que
están allí son karmáticos, el país no ha hecho mucho por sanar el karma
planetario, al dejarlo de lado se vuelve difícil de manejar, se ven a los
presos como una plaga, no les ayudan en su evolución, la tarea inicial de un
encarcelamiento es que haya tranquilidad, hacer retrospección de lo que se ha
hecho, que el preso lo trascienda, pero se manejó mal el concepto, “te llevo
allí para que no hagas daño, eres un peligro”. El problema se agrandó y los
seres que están allá se están volviendo más karmáticos porque han inundado su
cuerpo emocional de rabia, de rencor hacia los que están afuera, de la rabia
hacia quien lo llevo allí y al no trabajarlo el problema y la densidad en el
sitio aumentó.
¿Qué hacer? Llevar de la
mano del rayo azul de Miguel y de la mano del rayo violeta de Zadquiel, decretos
de liberación, transmutación a los sitios de reclusión, sin violar leyes
divinas, de igual forma hacia los que dirigen este país para que tomen medidas
que lleven a un proceso de resocialización claro y contundente.
Puedes hacer decretos
para esta situación, ellos están en su oscuridad y nadie les ha prendido la
luz, no tienen claro cómo hacerlo.
Canal Andrea Caro
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